viernes, 27 de noviembre de 2015

Curar Tu Artritis De Manera Natural y Para Siempre


·         Medicamentos con valor de miles de dolares que no funcionan y lo único que hacen es adormecerte sin curar el dolor
·         Terapias físicas que generan dolores insoportables pero no hacen que la artritis desaparezca
·         Pastillas, medicamentos y tratamientos carisimos que no han traído ningun resultado o mejoría en tus articulaciones
·         Supuestas "dietas milagrosas" que has seguido al pie de la letra, pero solo te hacen pasar hambre y el dolor continua
Es frustrante y doloroso haber intentado de todo con las supuestas "soluciones mágicas" pero a pesar de eso seguir sufriendo con el mismo dolor.
Y lo que es peor, sabiendo que cada día el dolor es más intenso y nos impide disfrutar de la vida.
Pero no te preocupes...
Mi nombre es Anthony Silva, y entiendo exactamente como te sientes. Porque cuando tenía 40 años me diagnosticaron por primera vez artritis. 
La buena noticia es que actualmente tengo 54 años y el problema ha desaparecido completamente. No tengo un solo dolor en mis articulaciones y disfruto de la vida al máximo.
Pude eliminar mi artritis gracias a los secretos que estoy a punto de contarte. 
Porque lo cierto es que cuando me diagnosticaron este problema, no sabia de que se trataba la enfermedad, lo único que sabia es que era un dolor insoportable.

Cuando quería levantarme de la cama mis rodillas "me quemaban". Todas las articulaciones, las manos, el cuello y por supuesto las rodillas me dolían, por lo cual el simple hecho de caminar era un suplicio.
Por supuesto, estos dolores comenzaron de un día para otro. Por lo cual no pude notarlos, porque fueron empeorando conforme pasaban los días, hasta que ya ni siquiera podía sostenerme en pie, lo cual comenzó a preocuparme verdaderamente.
Busqué a varios médicos para que me ayudaran a solucionar el problema, pero a pesar de haber gastado mucho dinero en consultas, terapias, medicamentos y todo lo que me recomendaron, no obtuve los resultados que yo buscaba.
Parecía como si los médicos no tuvieran una solución a este problema. Lo peor de todo es que los años seguían pasando y el dolor se había convertido en algo crónico. Tenia 45 años, pero mi personalidad y mi apariencia física (debido a la preocupación y el dolor) aparentaba mucha más edad.
Me sentía miserable. Todo el día sufría con ese dolor, mientras caminaba,  me vestía, conducía mi vehículo o escribía en la computadora. Todo esto era lo peor que me había pasado...
Ahora venía la peor parte. Por culpa de los constantes dolores, mi carácter empezó a tornarse irritante, molesto y de mal humor. Lo cual me afectó en mi rendimiento en el trabajo.
Además, el dolor me hacia escribir 3 veces más lento en la computadora y debido a esto tuve que buscar otro tipo de trabajo.

Esto me hizo caer en una profunda depresión. No quería salir de la casa, pasear con la familia o los amigos... No tenia ganas de nada.

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